En cuanto el tren se para vienen unos agentes de la paz para
llevar a los nuevos tributos al centro de renovación. Es el momento de que
conozcan a sus respectivos estilistas y se pongan guapos para el desfile de
esta noche. Cada tributo entre en una sala distinta. La habitación es amplia y
sus paredes están rodeadas de espejos. Maud observa impresionada la habitación,
pero cuando ve acercarse a los individuos que forman su equipo de preparación
pierde todo el interés en ella. Si no fuera porque sabe que son los encargados
de prepararla antes de que la vea su estilista pensaría que son alguna especie
de mutantes. El primero en presentarse es Grimli y tiene la piel recubierta de
escamas verdes y viscosas, los ojos saltones y sus manos tienen membranas entre
los dedos que recuerdan a los pies de un pato. Después se presenta Dorothy que
parece una extraña mezcla entre un humano y algún tipo de felino de gran
tamaño. Sus ojos son como los de un gato y tiene el cuerpo recubierto de un
pelaje amarillo con motas negras. Además tiene la nariz de un felino, dos
grandes orejas en lo alto de la cabeza y unos bigotes que le salen de los
mofletes. Claro que eso no es nada si tenemos en cuenta el largo rabo que le
sale de algún punto en el trasero. Por último se presenta Spike que casi parece
normal en comparación con los otros dos. Tiene la piel de color verde y el pelo
adornado con enredaderas. Parece haber venido del interior de algún bosque
misterioso.
-¡Hola!- dice Dorothy dando saltitos de alegría al verla- Estábamos
desesperados porque llegaras. No hay nada que nos haga disfrutar tanto como arreglar a los tributos que nos
llegan.
Maud contiene un gesto de desagrado. No soporta a la gente
del Capitolio, pero no puede permitirse desagradar a su equipo. Al fin y al
cabo de ellos depende gran parte de su éxito.
- Oh, yo también estoy deseando que os pongáis a arreglarme.
Seguro que en cuanto terminéis pareceré otra.- dice Maud mostrando su mejor
sonrisa.
-¡Estupendo! Por fin nos toca una chica agradecida - dice
Grimli animado y después de observarla durante unos segundos añade - Sera mejor
que empecemos. Hay mucho que arreglar. Esto es un desastre.
Enseguida se ponen manos a la obra y las horas pasan
lentamente. Maud suspira varias veces estresada mientras la lavan, la meten en
mejunjes, la peinan, la depilan y le pulen la piel. Maud ya empezaba a pensar que pasaría en el centro el resto de su vida
cuando Spike anuncia emocionado que ya han acabado.
- Ha sido agotador, pero ha merecido la pena. ¡Estas
realmente estupenda!- dice mientras la obliga a dar una vuelta alrededor.
-Bueno, creo que ya podemos llamar a Elrond- añade Dorothy,
luego tras ver la cara confundida de Maud añade- Es tu estilista. Es muy bueno,
incluso mejor que Katrina; la estilista de tu compañero de distrito.
Tras decir eso se van. Al poco entra en la sala un Hombre
alto, de cabello rubio claro y sin ningún tipo de maquillaje adornando sus
rasgos. Lo único que lo identifica como un habitante del Capitolio son sus
elegantes ropas y dos rasgos levemente alterados quirúrgicamente; unas orejas
puntiagudas y unos colmillos afilados que ocupan el lugar en el que deberían
estar sus caninos.
-Soy Elrond, tu estilista- dice mientras le da la mano,
luego la observa detenidamente y añade sonriendo- Bueno, supongo que tendrás
hambre después de todas esas horribles horas de preparación.
Maud le observa con precaución. La gente del Capitolio no
suele agradarle, pero su estilista parece majo y además es el primer individuo
del Capitolio que parece una persona más o menos normal. Sonríe y dice
alegremente:
-¡Al fin alguien que me comprende en este sitio!
Elrond sonríe mientras le ofrece un brazo al que Maud no
duda en agarrarse. Luego, él la conduce a otra sala en la que hay una enorme
ventana. Se sientan uno enfrente del otro y Maud comienza a comer con ansia.
-Me alegro de ser de tu agrado- sonríe de nuevo y luego
observa como come Maud mientras añade- Bueno, cuando termines hablaremos de tu
traje para el desfile.
Luego se recuesta en
el sofá y observa con una leve sonrisa en los labios a Maud mientras
esta se acaba su plato.
-Veo que tienes hambre, así que puedes quedarte con el mío.-
dice el estilista mientras le ofrece su plato a Maud. Esta lo coge y se lo
acaba en apenas unos minutos.
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