lunes, 11 de junio de 2012

Un traje extraordinario






-Te pediría otro plato como estos, pero temo que vomites todo en el desfile- dice Elrond poniendo una cara de preocupación tan exagerada que no parece real.

-Creo que si sigo comiendo será justo eso lo que pasara- dice Maud soltando una carcajada.

Los dos se ríen durante un rato y hacen bromas sobre las caras que pondrían los habitantes del Capitolio si algo así pasara en el desfile. Después Elrond dice que debe hablarle del traje antes de que se acabe el tiempo y paran de bromear.

-Bueno, he pensado en algo original que los sorprenda a todos, pero prefiero que lo descubras junto con los demás; en medio del desfile.- dice el estilista mientras se levanta para coger un traje colgado cerca de la ventana- Este es el traje. Es hermoso, pero lo mejor lo veras en el desfile.

El traje que lleva Elrond en las manos parece estar hecho de trozos de corteza, ramas y hojas. Lo más sorprendente son unas ramas que sobresalen del vestido. En la otra mano Elrond lleva un traje blanco sencillo. Se acerca sonriendo y parece que de verdad le entusiasma su creación. A Maud le gusta el traje pero sigue sin entender porque esta tan ilusionado Elrond.

-Tienes que ponerte este traje por dentro.- dice mostrando el traje blanco y luego añade,  acercándose más- Ven, yo te ayudo.

Elrond le ayuda a vestirse y a ponerse los altos zapatos que tiene preparados para ella. Cuando terminan Maud se mira al espejo.

-¡GUAU! Es impresionante- exclama ella sin poder apartar la mirada del espejo. Las ramas que sobresalían por encima del vestido forman una especie de corona por encima de su cabeza.

-Pues claro, que esperabas.- dice Elrond cada vez más eufórico.

-¿Vas a mostrarme eso tan espectacular que reservas para el desfile?- pregunta Maud apartando la mirada del espejo y mirándole expectante.

-No- responde sonriente Elrond y antes de que Maud tenga tiempo de protestar añade- Quiero que cuando estéis a medio camino; es decir justo después de que salga el último carruaje, os abracéis.

Maud va a protestar puesto que los tributos nunca dan muestras de afecto en el desfile pero Elrond habla antes de que ella pueda decir nada.

- No quiero protestas. Y ahora, vamos. Nos están esperando.

Enseguida llegan a la planta baja del centro de renovación y Maud observa encantada a los caballos que son de un hermoso color castaño. Nunca había estado tan cerca de uno pero realmente le encantan. Son hermosos, elegantes y además tienen un porte impresionante. Maud coge unos terrones de azúcar y se los da. Luego, le acaricia el cuello con suavidad al que está más cerca y este le responde frotándole el hocico en la cara. Poco después llegan los demás. Aitor lleva un traje similar al suyo. Se saludan y se montan en el carro, en unos minutos empezara el desfile y tienen que estar preparados.

-¿Estas preparada para el desfile?- dice Aitor animado.

Maud le mira intentando adivinar que es lo que le hace tanta gracia a Aitor.

- Estoy deseando ver lo que nos tienen preparados nuestros estilistas.

“Ah, es el abrazo. Lo que le hace tanta gracia es que tengamos que abrazarnos en medio del desfile. Sabe que para mi será incomodo.” – piensa Maud al ver cómo actúa Aitor.

- Ten cuidado con lo que dices o te ganaras una enemiga letal en la arena- lo amenaza ella.

Aitor se parte de risa, le parece realmente gracioso ver a Maud molesta e incómoda. De repente el desfile comienza y su carro avanza hacia la multitud.

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