-Te pediría otro plato como estos, pero temo que vomites todo
en el desfile- dice Elrond poniendo una cara de preocupación tan exagerada que
no parece real.
-Creo que si sigo comiendo será justo eso lo que pasara- dice
Maud soltando una carcajada.
Los dos se ríen durante un rato y hacen bromas sobre las
caras que pondrían los habitantes del Capitolio si algo así pasara en el desfile.
Después Elrond dice que debe hablarle del traje antes de que se acabe el tiempo
y paran de bromear.
-Bueno, he pensado en algo original que los sorprenda a
todos, pero prefiero que lo descubras junto con los demás; en medio del
desfile.- dice el estilista mientras se levanta para coger un traje colgado
cerca de la ventana- Este es el traje. Es hermoso, pero lo mejor lo veras en el
desfile.
El traje que lleva Elrond en las manos parece estar hecho de
trozos de corteza, ramas y hojas. Lo más sorprendente son unas ramas que
sobresalen del vestido. En la otra mano Elrond lleva un traje blanco sencillo.
Se acerca sonriendo y parece que de verdad le entusiasma su creación. A Maud le
gusta el traje pero sigue sin entender porque esta tan ilusionado Elrond.
-Tienes que ponerte este traje por dentro.- dice mostrando
el traje blanco y luego añade, acercándose
más- Ven, yo te ayudo.
Elrond le ayuda a vestirse y a ponerse los altos zapatos que
tiene preparados para ella. Cuando terminan Maud se mira al espejo.
-¡GUAU! Es impresionante- exclama ella sin poder apartar la
mirada del espejo. Las ramas que sobresalían por encima del vestido forman una
especie de corona por encima de su cabeza.
-Pues claro, que esperabas.- dice Elrond cada vez más eufórico.
-¿Vas a mostrarme eso tan espectacular que reservas para el
desfile?- pregunta Maud apartando la mirada del espejo y mirándole expectante.
-No- responde sonriente Elrond y antes de que Maud tenga
tiempo de protestar añade- Quiero que cuando estéis a medio camino; es decir justo
después de que salga el último carruaje, os abracéis.
Maud va a protestar puesto que los tributos nunca dan
muestras de afecto en el desfile pero Elrond habla antes de que ella pueda
decir nada.
- No quiero protestas. Y ahora, vamos. Nos están esperando.
Enseguida llegan a la planta baja del centro de renovación y Maud observa encantada a los
caballos que son de un hermoso color castaño. Nunca había estado tan cerca de
uno pero realmente le encantan. Son hermosos, elegantes y además tienen un
porte impresionante. Maud coge unos terrones de azúcar y se los da. Luego, le
acaricia el cuello con suavidad al que está más cerca y este le responde frotándole
el hocico en la cara. Poco después llegan los demás. Aitor lleva un traje
similar al suyo. Se saludan y se montan en el carro, en unos minutos empezara
el desfile y tienen que estar preparados.
-¿Estas preparada para el desfile?- dice Aitor animado.
Maud le mira intentando adivinar que es lo que le hace tanta
gracia a Aitor.
- Estoy deseando ver lo que nos tienen preparados nuestros
estilistas.
“Ah, es el abrazo. Lo que le hace tanta gracia es que
tengamos que abrazarnos en medio del desfile. Sabe que para mi será incomodo.” –
piensa Maud al ver cómo actúa Aitor.
- Ten cuidado con lo que dices o te ganaras una enemiga
letal en la arena- lo amenaza ella.
Aitor se parte de risa, le parece realmente gracioso ver a
Maud molesta e incómoda. De repente el desfile comienza y su carro avanza hacia la multitud.
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